Al culpar injustamente a la víctima señalándole
que por sus problemas de comunicación ella es
maltratada (por no esperar el momento oportuno para
hablar, reclamar, o, al contrario por su silencio)
se aumenta en ella su desesperanza e impotencia.
Cualquiera puede tener problemas de comunicación
y no por eso merece ser golpeada o insultada.
El comportamiento violento es responsabilidad de
quien lo ejecuta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario